miércoles, 5 de septiembre de 2018

El suicidio. Perspectivas filosóficas del suicidio Clotilde Sarrió Suicidio Artículo escrito por el Dr. Alberto Soler Montagud El pensamiento de acabar con la propia vida ha estado presente desde tiempos ancestrales en la historia de la humanidad como un hecho universal y transcultural que abarca diversas perspectivas en función de los principios filosóficos, religiosos e intelectuales propios de cada época, cada sociedad y cada cultura. El suicidio Perspectivas filosóficas del suicidio El filósofo y sociólogo francés Emile Durkheim (considerado uno de los padres de la sociología junto con Karl Marx y Max Weber), definió el suicidio como cualquier caso de muerte que, directa o indirectamente, es el resultado de una actuación positiva o negativa realizada por el ejecutor —y a la vez víctima— a sabiendas de cual será el desenlace. Para Durkheim, el suicidio no es un acto nacido desde el individualismo sino un fenómeno sociológico debido en buena parte a una deficiente —o inexistente— integración del individuo en la sociedad. El suicidio es un fenómeno complejo y multifactorial en el que intervienen tanto componentes psicológicos como sociológicos, filosóficos, morales y biológicos. El pensamiento de acabar con la propia vida ha estado presente desde tiempos ancestrales en la historia de la humanidad como un hecho universal y transcultural que abarca diversas perspectivas en función de los principios filosóficos, religiosos e intelectuales propios de cada época, cada sociedad y cada cultura. En la actualidad, en nuestro ámbito, el suicidio sigue siendo un tema tabú como consecuencia de que no se nos ha instruido —al menos no con naturalidad— en la idea y en el concepto de la muerte como una realidad ineludible que en la práctica es muy difícil de asumir para muchos y aun más si se trata de un suicidio. Si a todo esto añadimos la influencia que la moral y las creencias religiosas ejercen sobre la sociedad, es fácil comprender que en nuestro medio, el comportamiento suicida sea considerado como una conducta reprobable. Agresión, vacío existencial La autoagresión y el vacío existencial son dos factores cuyo conocimiento se hace necesario para entender la génesis del suicidio Debemos considerar la agresión como un componente natural e inherente al ser humano del que pueden surgir consecuencias negativas si no es canalizado mediante los mecanismos adecuados, algo que suele ir asociado al instinto suicida de quienes han reprimido previamente su agresividad, o bien utilizan mecanismos inadecuados de descarga de sus instintos violentos (por ejemplo, dirigiéndolos contra ellos mismos). El vacío existencial es otro factor importante a la hora de explicar como se puede llegar al suicidio. Este vacío se produce en aquellas situaciones en las que el individuo no encuentra un sentido a la vida —tal vez nunca lo encontró— y concluye que nada justifica que merezca la pena vivir. El vacío existencial es una sensación inherente a la condición humana y a la experiencia vital del individuo, un estado que le aleja de su propia identidad, le distancia de la realidad y le predispone a la depresión, el aburrimiento, la apatía, la tristeza y el pesimismo. Desde una perspectiva transcultural, la cultura occidental y la oriental interpretan el vacío existencial de un modo completamente distinto. Mientras para los occidentales suele vincularse con la depresión, los orientales lo asocian a un nivel superior donde el ser humano tiende a alcanzar un estado de serenidad en el que nada lo perturbe. En nuestro contexto occidental —y en situaciones y personalidades especiales— el vacío existencial puede predisponer al suicidio como un modo de acabar con el sufrimiento. El sentido de la vida: lo que buscan con la muerte algunos suicidas El neurólogo y psiquiatra Viktor Frankl (fundador de la logoterapia) dice en varias de sus obras —especialmente en “La Voluntad de Sentido” y “La Idea Psicológica del Hombre”– que la búsqueda del sentido de la vida es una peculiaridad exclusiva del ser humano que lo diferencia de los seres irracionales. Afirma a su vez que «los pacientes acuden al psiquiatra porque dudan del sentido de su vida o desesperan por poder encontrarlo». Frankl sostiene, que un importante porcentaje de los trastornos mentales, proceden del «sinsentido de la vida en el que se desenvuelve el itinerario existencial de numerosos individuos, producto de su vacuidad interior». La «idea» o «pensamientos de muerte» es una constante en la mente de quienes experimentan ideas suicidas. Aunque los desencadenantes puedan ser múltiples, es frecuente que quienes sustentan esta ideación soporten también la intrusión de pensamientos y reflexiones acerca de la inutilidad de la existencia y el vacío. Según los sociólogos Peter Berger y Thomas Luckmann, el sentido de la vida es un «esquema que reúne modelos de actos de las líneas más diversas y los acomoda en una proyección de un sentido que se extiende desde el nacimiento hasta la muerte». El desarrollo de un sentido de la vida puede anularse si no se cumplen los anhelos ni se alcanzan las metas ansiadas, o bien porque sobrevengan situaciones de crisis ante las que el individuo se siente indefenso al carecer de herramientas y habilidades para afrontarlas. En estas situaciones, surgen síntomas y estados de frustración existencial que afectan al sentido de vida, acaeciendo lo que Viktor Frankl considera el vacío existencial: «La pérdida del sentimiento de que la vida es significativa» «Las personas presentan el sentimiento de que sus vidas carecen total y definitivamente de un sentido. Se ven acosados por la experiencia de su vaciedad íntima, del desierto que albergan dentro de sí» (frases extraídas de la obra de Frankl “Ante el vacío existencial. Hacia una humanización de la psicoterapia”). Este artículo forma parte de otro más amplio que se ha fraccionado en tres para facilitar su lectura. Los siguientes entregas serán: El suicidio. Un problema multifactorial más allá de la salud mental El suicidio. Evaluación y prevención del riesgo suicida Dr. Alberto Soler Montagud – Psiquiatría Privada Licencia de Creative Commons Este artículo está escrito por Alberto Soler Montagud y se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España

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